lunes, 31 de agosto de 2009

Otra vez con la dama azul

Algún autor de éste país no desfallece en su cruzada por mantener alto el pabellón vaticano y su sarta de verdades absolutas, pese a los hechos que tozudos demuestran lo contrario. Me explico. La manutención de la cuenta corriente requiere de denodados esfuerzos por sostenella y no enmendalla, como decía aquél. La razón económica es poderosa y tuerce hasta a las más rocosas voluntades. La dama azul que tan gallardamente ha sido sacada a la luz ¡Oh gracia! del letargo invernal de las frías calles de un pueblo soriano prestó un impagable servicio al orbe conocido. En pleno siglo XVII la monja de Ágreda hacía sus pinitos en viajes transoceánicos para convertir a los paganos indígenas a la verdadera y única fe. Viaje a viaje, pueblo a pueblo pues llegó a realizar hasta 500 según constan en los científicos archivos de la otrora incuestionable santa inquisición ó santo oficio, progagó el catolicismo allende los mares entre la plebe indígena que andaba huérfana de dioses a los que adorar. Deseosos como estaban de abrazar la "vera fede", los indígenas no pudieron resistir la voz que fermosa proclamaba (en su lengua natal y con traducción simultánea oiga), las verdades del barquero (como puños que decía aquél), pues sor María no sólo era capaz de hacer tamaños vuelos sino también de hablar en lenguas ignotas para el reino de Castilla. Vemos pues que en pleno siglo XVII ya existía la traducción simultánea, amén de los vuelos transoceánicos. Que hubieran hecho aquéllos pobres indígeneas sin nuestra entrañable monja que fue expresamente a dejarse aterrizar (nunca mejor dicho) por aquéllos andurriales evangelizando almas descarriadas. Y eso que aún no existían las pistas de aeronáuticas ni las infraestructuras turísticas que hermosas lucen hoy en aquéllos pagos. Quizás para ello fue una gran ayuda el muy decente hábito monjil, de recatadas formas como correspondía a la pertinaz y voluntaria clausura. Cabeza tocada y hábito bien oscuro quizás de un austero azulón. Todo ello a ojos de un indio pagano sería una justificación más que suficiente para abrazar la cruz. Todo el argumentario está basado en el testimonio del Fraile Franciscano Alonso de Benavides que recibió de los indígenas la buena nueva de la mística evangelización por la monja, lo cuál condujo sus pasos hasta el retiro monacal de sor María Jesús (eso es un investigador eficiente) y de allí a Felipe IV entonces Rey de las Españas con el que mantuvo una muy decente relación epistolar. Lo cuál nos lleva también a reflexionar sobre el tan preciso testimonio del indio y de la excelsa memoria del fraile que de entre tanta hermana de clausura y de régimen abierto encontrara a la predicadora de la fe. No se explica tampoco porqué sor María Jesús no fue a predicar más cerca, por ejemplo a las Vascongadas ó porqué tampoco fue a otros lares afectados por el yerro de impías creencias como por ejemplo a la China (a lo mejor ahora no sería comunista). Todo ello sucede en torno a 1630, es decir en pleno fervor místico-religioso, no en vano en 1622 es canonizada Teresa de Ávila como Santa Teresa de Jesús. El santo oficio, la santa inquisición ó Congregación para la Doctrina de la Fe como modernamente se la reconoce, (conocida historicamente por el desinteresado amor que ha profesado a la razón pura cartesiana) inició la oportuna investigación que concluyó con la monja, como no podía ser de otra manera, ensalzada en sus virtudes. Alguien que se carteaba con el mismísimo Rey (tan católico) Felipe IV de Austria no podía incurrir en errores manifiestos, además no es detalle a olvidar que sor María Jesús estaba dotada según las crónicas de la llamada "ciencia infusa", eso si que es arte (como dicen por aquí). Eso es como si no necesitases ir a chuparte años y años de hincar los codos y vinieses con el chip implantado de fábrica. Esta historia ó cuento como lo denomina el autor, es elevada a los altares del "taco" (dícese de la expresión que designa al taco de billetes en el bolsillo) para mayor gloria del ya cristianamente bendecido autor del novelón. Incluso tiene la nominación a la mejor novela histórica, ahí es nada, y que como la teología es una de las mejores ramas de la frondosa literatura fantástica (Jorge Luis Borges). Para ir concluyendo con ésto que no merece mayores comentarios decir que hay más leyendas de damas azules (el fantasma de la dama del castillo Antillano de Jagua en Cuba) como no podía ser de otra forma, puesto que la leyenda, el cuento, la fantasía es territorio propicio para la imaginación, necesaria por otra parte para mitigar los excesos incomprensibles del mundo. Bilocaciones ó el arte de estar en dos lugares al mismo tiempo, eso si que está bien, lo reconozco. Dios en su infinita bondad podría implantarnos el sistema a cada uno de nosotros, miserables mortales, para así poder estar en el trabajo y en casa al mismo tiempo ó vaya usted a saber las necesidades de cada cuál. Además si el otro yo puede viajar allende los mares, que vayan temblando las compañías aéreas. Pero ¡Oh insondable misterio! no venimos con ese accesorio incorporado y que yo sepa (y conozco a mucha gente) nadie lo tiene. A lo mejor será porque Dios está de baja y se cansó de colocarselo a los mortales, (excepto a los monjes y monjas católicos claro).