domingo, 16 de octubre de 2011

EL PAPA EN GERMANIA

El papamóvil acuático equipado de fábrica con moderno sillón aerodinámico 
Tras la levantada faltriquera papal de la última jornada mundial de la juventud, en la que se vieron volar pamelas, peinetas con tocas de encaje negro, peluquines, bonetes, tiaras y hasta algunos ligueros cardenalicios, (¡Dío mío…Ánde estás! ¡Esto es el apocalipsiiiiiis! gritaban los clérigos con las manos aferradas a las sotanas, mientras soplaba una diabólica galerna en el paraje profético de “cuatro vientos”, acompañada de bizarros jarrazos de agua no-bendita) nos centramos ahora en las nuevas crónicas papales. Dicho sea de paso que ahora que necesitamos agua para que las naranjas se pongan dulces como pezones de abejas, sería bueno que volviera su Santidad para que, a ver si por esos avatares del destino, regresaran los monzones a esta tierra de secano.
Y es que nunca llueve a gusto de todos, especialmente a los de la curia vaticana, que observaba con espanto como el Gran Jefe hacía volar las enagüillas de su “Prime Minister” terrenal…se ve que las aguas bajan revueltas de palacio. En fin, pelillos a la mar.
En visita pastoral de su Santidad a su germana tierra natal, el Santo Padre pide a la Iglesia que se despoje de su riqueza terrenal y del poder político. ¿Cómo? Espere que me quite la cera de las orejas. ¿Puede volver a repetir, santo Padre? En estos tiempos que nos dejan perplejos, ni la guía de Maimónides nos puede devolver a la luz. Políticos que cruzan al lado oscuro de las ideologías otrora antagónicas y el Papa…se vuelve austero. ¡Que me han cambiado los tiempos! Debe ser la moda de los recortes y los reajustes, tan extendida hoy por el mundo global; por cierto ¿estarán bendecidos los recortes?
Benedicto XVI ha llegado a afirmar, abundando en detalles, que la Iglesia necesita una "fuerte renovación", y que tiene que "despojarse" de su riqueza terrenal, de su poder político y abrirse a las preocupaciones del mundo y aseguró que las épocas de secularización han contribuido a su purificación y a su reforma interior. El papa ha avisado de un descenso alarmante en la práctica religiosa desde hace décadas.
Y digo yo, tras tantos despojamientos, ¿Va a quedar algo de la sacra y venerable Institución? Porque si se despoja de su riqueza terrenal, que ya veremos a la hora de la verdad en que queda..., ¿Qué va a ser del Banco Vaticano –IOR- y sus incontables tentáculos repartidos en forma de acciones en otros Bancos, Empresas, SICAV y Paraísos fiscales? La misma tiara papal del uniforme de gala del santo padre vale un fortunón y no digo nada del cetro dorado que exhibe en las populosas ceremonias concelebradas. Esos modestos anillos que adornan las manos cardenalicias podrían también ir a parar al cepillo para su generoso donativo a obras de beneficencia. El mismo papamóvil podría ser donado a la casa real hispánica, ahora que nuestro augusto monarca ha de hacer los paseíllos de revista en vehículo motorizado ó también para alquilarlo en paseos romanos. ¡pappamóvile per affitto! ¡Se alquila papamóvil! De traca.
Lo de despojarse del poder político confieso que me ha dejado traspuesto, porque ¿La iglesia no juraba que en su santa humildad, no gobernaba? O a lo mejor se refiere que van a subcontratar la gobernanza del Estado Vaticano, será al Opus, por supuesto.
En fin, a estas humildes tribulaciones se consagra la mente para no ver lo que no merece la pena ser visto. ¡Dios! ¡Baja de las alturas, ceja ya en tu baja permanente y agarra con mano firme los designios de tu valle de lágrimas que se lo están rifando los brokers, las primas de riesgo, las agencias de calificación, el susum corda y la madre que los parió a tós!